Emmanuel habla sobre Ramatis

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Emmanuel habla sobre Ramatis

El mensaje reproducido más abajo contiene la totalidad de una entrevista realizada con el médium Francisco Cândido Xavier y su Instructor Espiritual llamado Emmanuel, publicada por la Revista Espírita Allan Kardec en su edición No. 43.

“Desde que aparecieron las primeras publicaciones de la “Conexión de Profecías*” de Ramatis, fuimos a Pedro Leopoldo para oír la palabra autorizada de Emmanuel, a través de aquél instrumento maravilloso que es Francisco Cândido Xavier. Esto porque lo que era dicho por el espíritu de Ramatis nos parecía perfectamente lógico. Sin embargo, como era novedad, no queríamos aceptar de súbito algo que no pasara por el filtro de varias manifestaciones mediumnicas, a través de diversos instrumentos.
Así, provistos de una grabadora de cinta, fuimos atendidos gentilmente por el médium quien respondió las preguntas que le hicimos, repitiendo las palabras de las respuestas que eran dictadas por Emmanuel. La grabación fue hecha el 5 de enero de 1954 y hasta hoy conservamos las cintas.
Enseguida exponemos las preguntas y sus respectivas respuestas.

Pregunta: Podríamos tener algunas informaciones al respecto de Antulio?
Chico Xavier: Veo aquí nuestro director espiritual Emmanuel, que nos dice que un estudio de la personalidad de Antulio exigiría detalles relacionados con la historia en el tiempo y el espacio, que no podemos realizar inmediatamente. De modo que solo nos puede comunicar que se trata de una entidad de elevada jerarquía en el plano espiritual; digamos un Asesor, uno de aquellos Asesores que sirven en los trabajos de ejecución del plan divino confiado a Nuestro Señor Jesucristo, para la obtención del progreso de la Tierra en general. Aclara nuestro amigo que Jesucristo, como Gobernador de nuestro mundo en el sistema solar, cuenta naturalmente con grandes instructores para la evolución física y espiritual en la organización planetaria. Y subordinados a esos ministros, para el progreso de la materia y del espíritu en el plano que ahora habitamos, cuenta El con una asamblea de múltiples Instructores de variadas condiciones, que le obedecen órdenes e instrucciones, en una esfera cuya elevación, por ahora, escapa a nuestra posibilidad de apreciación. Antulio hace parte de esa nómina de elevados servidores.

Pregunta: Que puede decirnos, hermano, sobre el astro que se aproxima según la predicción de Ramatis?
Chico Xavier
: Aclara nuestro orientador espiritual que el asunto alusivo a la aproximación de un planeta o de planetas a la zona – o mejor al aura de la Tierra – debe basarse naturalmente en estudios científicos que puedan saciar la curiosidad constructiva de las nuevas generaciones renacientes en el mundo. El problema de esta forma incluye exámenes precisos en colaboración con la ciencia y la observación de nuestros días. Por esa razón él pide que no nos detengamos en la expresión física de los acontecimientos que se avecinan para marcar mayores acontecimientos – estos de naturaleza espectacular – en la transformación del plano en el cual estamos haciendo pasantía en el siglo actual. Afirma nuestro amigo que el progreso de la óptica y de las ciencias matemáticas será portador de conclusiones e ilaciones de gran importancia para nuestros destinos en el futuro próximo.

Pregunta: Puede decirnos algo Emmanuel sobre la verticalización del eje terrestre y sobre las transformaciones que la Tierra sufrirá, según Ramatis?
Chico Xavier
: Afirma nuestro orientador espiritual que no podemos olvidar que la Tierra, en su constitución física propiamente considerada, posee sus grandes períodos de actividad y de reposo. Cada uno de esos períodos de la materia planetaria que hoy representa los cimientos de nuestra morada temporal, puede ser calculado en doscientos sesenta mil (260.000) años. Pasado el período de reposo de la materia terrestre, la vida se reorganiza, pululando de nuevo en los varios departamentos del Planeta, representando así nuevos caminos para la evolución de las almas. Siendo así, los Grandes Instructores de la Humanidad en los planos superiores consideran que de esos 260.000 años de actividad, de 60 a 64 mil años son empleados en la reorganización de los cimientos de la vida organizada. En seguida surge el desarrollo de las grandes razas que, como grandes cuadros, enfocan asuntos y servicios que tienen que ver con la evolución del espíritu radicado en la Tierra. Así, después de esos 60 a 64 mil años de reorganización de nuestra Casa Planetaria, tenemos siempre grandes transformaciones de 28 en 28 mil años. Después de ese período de 64 mil años tuvimos dos razas en la Tierra, cuyos trazos se perdieron por causa de su primitivismo. Enseguida podemos considerar la gran raza Lemuriana, como portadora de una inteligencia algo más avanzada, poseedora de valores más altos en los dominios del espíritu.
Después de la raza Lemuriana – y como resultado de los 28.000 años de trabajo lemuriano propiamente considerado – llegamos al gran período de la raza Atlante, de otros 28.000 años de grandes trabajos, en el cual la inteligencia del mundo se elevó de forma considerable. Nos encontramos ahora en los últimos períodos de la gran raza Aria. Podemos considerar esas razas como grandes ciclos de servicios en los cuales fuimos llamados de mil modos diferentes, en cada año de permanencia en la corteza terrestre o fuera de ella, al perfeccionamiento espiritual, que es el objetivo de nuestras luchas, de nuestros problemas, de nuestras grandes cuestiones en la esfera de relaciones unos con los otros. Viéndolo así, será más significativo y más apropiado para nosotros   que estudiemos la transformación actual de la Tierra bajo un punto de vista moral, para que el servicio espiritual confiado a nuestras manos y a nuestros esfuerzos no se pierda en consideraciones que pueden sufrir grandes alteraciones, grandes desviaciones; porque el servicio interpretativo de la filosofía y de la ciencia está invariablemente subordinado al Pensamiento Divino, cuya grandeza no podemos penetrar. Nos cabe entonces sentir, o mejor aún reconocer que los fenómenos de la vida moderna y las modificaciones que nuestro hábitat terrenal vienen presentando, nos indican la vecindad de actividades renovadoras de considerable extensión. Resulta de allí ese aflujo de revelaciones sobre la vida extraterrestre, inclusive sobre las reflexiones de los hombres; esos reiterados apelos del mundo espiritual, esa manifestación ostensiva de aquellos supuestamente muertos en la Tierra pero vivos en la eternidad, compañeros de los hombres en otras bandas vibratorias del campo en el cual la humanidad evoluciona.
Toda esa eclosión de noticias, mensajes y avisos de la vida espiritual, deben significar para el hombre, radicado en la Tierra del presente siglo, la urgencia del aprovechamiento de las lecciones de Jesús. Ellas deben ser apreciadas en sí mismas y examinadas igualmente en el ejemplo y en la enseñanza de todos aquellos que en los diversos sectores culturales, políticos y filosóficos del globo, le traducen la voluntad divina que, en su esencia, es siempre nuestra jornada hacia el Supremo Bien.
Los términos de la comunicación obtenida en Curitiba (la Conexión de Profecías (*) de Ramatis) son de admirable contenido para nuestra inteligencia, una vez que realmente todos los hechos alusivos a la evolución de la Tierra, y referentes a todos los eventos que se relacionan con nuestra peregrinación hacia la vida más alta, están naturalmente planificados por aquellos ministros de Nuestro Señor Jesucristo, los cuales, de acuerdo con Él, establecen programas para la colectividad planetaria, con el fin de facilitarle los vuelos para la divina ascensión. Sin embargo, aunque este mensaje sea por eso mismo digno de nuestro mejor aprecio, en la experiencia de un compañero más viejo, nos recomienda nuestro orientador espiritual (Emmanuel) un interés más efectivo en la fijación de valores morales en nuestra personalidad terrena, en conformidad con los patrones establecidos en el Evangelio de nuestro Divino Maestro.
Porque para nuestra inteligencia, los fenómenos renovadores de la existencia que nos cercan tienen algo de sensacional, de sorprendente y hacen nuestro corazón inclinarse humilde ante la Majestad del Señor que nos concede tantas oportunidades de trabajo en nosotros mismos, ante la revelación de los grandes acontecimientos venideros; nuevo soliviantar intimo, nuevo modo de ser para que estemos realmente habilitados para enfrentar valientemente las luchas que se nos aproximan, y preparados para disfrutar la Nueva Era que, cual bonanza después de la tempestad, facilitará nuestros círculos evolutivos. Será además muy importante encarecer que no debemos reclamar del tercer milenio, una transformación absolutamente radical de los procesos que caracterizan por ahora nuestra vida terrestre. El plazo de 47 años es diminuto para sanar los desequilibrios morales de tantos siglos, en que nuestro campo colectivo e individual adquirió tantos débitos ante la sabiduría y el amor, que incesantemente apelan para nuestra alma para que nos levantemos hacia un clima más perfeccionado de la existencia. No podemos olvidar que inmensas extensiones territoriales en América, Africa y Asia desafían nuestra capacidad de trabajo. Tampoco podemos olvidar que en la Europa super alfabetizada se encuentra un Karma de débitos clamorosos frente a la Ley, en dolorosa expectación para el reajuste moral que le es necesario. Aquí mismo, en el Brasil, en una nación con capacidad de asilar novecientos millones (900.000.000) de habitantes en 400 e algunos años más de evolución, mal estamos – los espíritus encarnados en la Tierra que tenemos la bendición de aprender o recapitular la lección del Evangelio – mal estamos pasando de las fajas litorales. Servicios inmensos esperan a nuestras almas en un futuro próximo. Y si es verdad que debemos aguardar en nombre de Nuestro Señor Jesucristo condiciones más favorables para la estabilización de la salud humana, para un acceso más fácil a las fuentes de la ciencia, si nos compete la obligación de esperar lo mejor para el día de mañana, nos cabe igualmente el deber de no olvidar que, junto a esos derechos, responsabilidades apremiantes cuentan con nosotros para que el Mundo pueda efectivamente, atender al programa Divino a través, no solo de la superestructura del pensamiento científico – que es hoy un techo brillante para los servicios de inteligencia del mundo – sino también a través de nuestros corazones, llamados a plasmar una vida que sea realmente digna de ser vivida por aquellos que nos sucederán en los tiempos difíciles; entre ellos naturalmente millones de nosotros, los reencarnados de ahora, que estaremos de nuevo como trabajadores que vuelven para proseguir la tarea de auto acrisolamiento para la ascensión sublime que el Señor nos reserva. Considerando la cuestión bajo este prisma, nos cabe contar con el concurso de la ciencia en el sector de las observaciones de orden material; con la evolución de los instrumentos, con el avance de los procesos de examen en la esfera de la química planetaria, en la cual los mundos pueden ser analizados como átomos con amplitud de universos que se suceden unos a los otros en lo infinito de la Vida. Será lícito entonces esperar que ciertas afirmaciones referentes a la vida material se realicen positivamente, para más altas concepciones de la vida planetaria, una vez que muy brevemente el hombre estará conectado a la gloria de la religión cósmica, la religión del amor y sabiduría, que el cristianismo renaciente en el Espiritismo do hoy edificará para la humanidad, ajustándose al contexto de bendiciones que el gran porvenir nos reserva.

Pregunta: Fue, de hecho, hace 37.000 años que se sumergió la Atlántida?
Chico Xavier
: Dice nuestro amigo (Emmanuel) que el cálculo es aproximadamente cierto, considerando que las ultimas islas que guardaban los remanentes de la civilización atlante se sumergieron más o menos 9 a 10 mil años antes de la Grecia de Sócrates.

Pregunta: Cree nuestro hermano que el mensaje (*) de Ramatis debe ser divulgado ampliamente?
Chico Xavier
: Dice nuestro Orientador que el mensaje es de elevado tenor. Y todo trabajo organizado con el respeto, el cariño y la dignidad dentro de los cuales ese mensaje se presenta, merece nuestra más amplia consideración, ya que todos nosotros, en todos los sectores, somos estudiosos que debemos permutar nuestras experiencias y conclusiones para la asimilación del progreso más fácilmente a favor de nosotros mismos.
Revista Boa Vontade, Año 1, No. 4 – Octubre de 1956.

(*) Obs.: Hoy bajo el título de Mensajes del Astral

Revista Boa Vontade, Año 1, No. 4 – Octubre de 1956.